
NUESTROS VALORES
La Tríada HCT se adhiere a los valores que defiende la política Por derecho propio: para un ejercicio real del derecho a la igualdad:
Respeto a la dignidad humana
Como ser humano y miembro de su sociedad, todas las personas deben ser respetadas en su vida, ya sea su integridad física, psicológica y su autonomía con sus propias características. El respeto por la dignidad humana y el derecho a la igualdad se encuentran entre los fundamentos de la justicia y los sistemas de derechos y libertades. Tienen una dimensión universal y engloban la igualdad formal, el respeto a la diversidad y el rechazo a la discriminación y la exclusión.
Igualdad y lucha contra la discriminación
Trato idéntico no es sinónimo de un trato igualitario. De hecho, la igualdad a veces implica que tienes que tratar a una persona de manera diferente para poder tratarla con igualdad. Todas las personas con discapacidad están así involucradas, ya sea que tengan discapacidades intelectuales, motrices, sensoriales u orgánicas, trastornos profundos del desarrollo, cualquiera que sea su edad, sexo, orientación sexual, origen étnico o nacional, o religión. La igualdad es un ideal para la sociedad, y se deben implementar medios significativos para alcanzarla. La búsqueda de la igualdad se realiza a través del derecho a la igualdad y la lucha contra la discriminación, ya sea directa, indirecta o sistémica.
Libertad
La libertad se basa en la capacidad de establecer metas y actuar en consecuencia. Cuanto más una persona tiene recursos personales y se beneficia de los del medio ambiente, más libertad tiene para elegir y disfrutar de una amplia gama de opciones, más capaz es de vivir la vida que desea. Todos deberían tener la oportunidad de lograr el éxito en la vida, ya sea a través de la búsqueda de su bienestar o mediante el logro de las metas que valoran y eligen. Sus recursos personales, así como las oportunidades y limitaciones del entorno, son cruciales para este fin. La sociedad tiene como deber de promover un conjunto de libertades fundamentales lo más amplio posible, en la medida en que las libertades de cada uno no invadan las de los demás.
Solidaridad y equidad
En el mundo contemporáneo, el Estado aparece como un actor fundamental en términos de solidaridad social frente a otros actores de la sociedad civil, incluidos aquellos que tienen la obligación de acoger a las personas con discapacidad, como las empresas privadas y otras instituciones civiles. Si la familia y los cuidadores son fuentes naturales de solidaridad, es importante que no se los deje solos. La igualdad de derechos puede y debe ser garantizada por la sociedad. La equidad, por su parte, busca conciliar los deberes y derechos de los miembros de la sociedad, en particular el derecho a la igualdad, así como las cargas derivadas de situaciones y circunstancias concretas. Las elecciones que hacen las sociedades justas respetan los valores de igualdad, justicia y solidaridad. La equidad permite juzgar los costos y recursos que se dedicarán a satisfacer las necesidades de las personas con discapacidad. La equidad sirve así para lograr la integración social de las personas con discapacidad respetando las situaciones propias de cada persona.